"Momentos" de Mindy | Cazadores de Sombras (2023)

Hola,
antes de que FF configure este pequeño proyecto como cancelado, pensé en publicar algo del grupo que todavía tengo. Algo lindo para el medio y prueba de que el estrés puede matar a cualquiera de nosotros, pero eso está bien con las personas adecuadas que nos rodean.

Especificación:

Infierno, Maravilla, Archivos (Reyhill)
Dedicación:

Mellie Bane

También la siguiente solicitud:
Se está ejecutando una petición para celebrar convenciones de cazadores de sombras en Europa el próximo año también. Sería bueno si participa / comparte, etc. Necesitamos al menos 500 votos.

Gracias :-)
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El rostro de Lorenzo Rey se tensó mientras miraba fijamente el conjunto de letras parecidas a jeroglíficos que deletreaban el informe que tenía ante él.
Aunque apreciaba y utilizaba las ventajas de la tecnología moderna, no pudo evitar notar que el uso constante de los teclados conducía a un deterioro flagrante de la escritura en general.

Así que le llevaría aún más tiempo atormentarse a sí mismo con las notas.

Sin darse cuenta, se le escapó un resoplido de frustración.
Uno pensaría que como jefe brujo no tendría nada más que hacer que celebrar lujosas fiestas, mostrarse públicamente efectivo y asistir a varias reuniones de vez en cuando.
Entoncesguerra

tal vez, si uno ocupaba el cargo como lo había hecho Magnus.
Sin embargo, Lorenzo sabía que detrás del prestigio, el poder y la influencia había mucho trabajo, si pensabas en hacerlo bien.
Había que estar informado de lo que pasaba en todo el distrito, lo que a su vez requería una gran burocracia y seguimiento, que había que coordinar con diferentes niveles jerárquicos. Había que preparar todos los encuentros, fuera Lorenzo el anfitrión o no; tuvo que revisar las actas de las reuniones de gabinete, las de las reuniones de consejo, también hubo reuniones irregulares en el laberinto en espiral...
Y esta lista extensa, aunque de ninguna manera exhaustiva, cubría solo los momentos en que los demonios no invadían Nueva York, alguien atacaba la brujería o había brujos destructivos aliados con los nephilim renegados.

La oficina del Jefe Warlock, junto con otros diversos proyectos caritativos, empresas comerciales e intereses de coleccionistas privados de Lorenzo, requería una gran cantidad de trabajo y esfuerzo, e incluso alguien que era inmortal y manejaba la magia podía estar al borde de un ataque de nervios. a veces.

Lorenzo nunca lo admitiría, creyéndose por encima de sentimientos tan primitivos como el agobio, el estrés o la frustración.
Sin embargo, si miraba el manuscrito de casi 30 páginas en el que aún tenía que trabajar, sin mencionar la correspondencia que se acumulaba en su buzón, tanto digital como en el archivador a su lado, y el ahora hasta la rodilla. montañaarchivos

junto a su escritorio, que aún debía ordenar concienzudamente y colocar en el estante apropiado... sintió una presión extraña, bastante inquietante, en su cabeza.
Este trabajo poco grato pero lamentablemente necesario ni siquiera era lo que más molestaba a Lorenzo.
Mucho más a menudo eran los seres con los que tenía que interactuar en el curso de su trabajo.
Esos egocéntricos Nefilim, inframundos o mundios, que seguían llamando o enviando mensajes de texto con un estado de urgencia, como el propio Lucifer abriéndose paso en esa dimensión cuando Lorenzo no estaba preocupado por este o aquel problema.inmediatamente

dedicado.
Si los signos de exclamación que a veces acompañaban a estos mensajes valían dinero, podría usarlos para comprar otra villa.

Tal vez incluso una isla del Pacífico.

Como si no tuviera nada más que hacer que cuidar de quien quisiera transmitir su punto de vista de la manera más fuerte o más fuerte. Como cuestión de principio, permitió que tales peticionarios se acumularan, lo que, sin embargo, tiró de su fuerza mental.
Lorenzo respiró hondo y se frotó el puente de la nariz. Eran más de las nueve de la noche y, aparte del desayuno con Andrew, no había comido nada más que café, demasiado, y dos copas.
Si bien no trató de trabajar mucho por las noches, especialmente cuando Andrew estaba libre, en toda la semana no había tenido otra opción: había habido demasiadas reuniones que habían ocupado la mayor parte del día, por lo que solo Logré llegar al escritorio esa noche.
Para alguien en su posición, no había horarios de trabajo fijos, lo que significaba tanta flexibilidad como falta de planificación: no como Mundie, que ya estaba abrumado por poder hacer su trabajo de 8 a. m. a 5 p. m. y dominar sus vidas al margen, ayudaban la mayor parte del tiempo ni siquiera tenían responsabilidad o tenían que lidiar con asuntos tan complejos como los que él estaba haciendo.
Siempre había trabajado duro y mucho y nunca lo consideró una carga porque le había traído el éxito que deseaba. Su determinación había sido como el aceite, manteniendo sin esfuerzo el fuego de su constante actividad ardiendo.

Pero era diferente desde que estaba con Andrew.

Inicialmente, le había permitido al cazador de sombras el espacio en su vida que le sobraba de su extenso trabajo, pero desde que estaban comprometidos, enamorados, viviendo juntos, comprometidos, las cosas habían cambiado.
Lorenzo tenía que trabajar cada minuto, sabiendo que Andrew lo estaba esperando –o incluso en la misma casa pero sin que Lorenzo tuviera que estar allí ni poder verlo sonreír o tocarlo–, le costaba aún más concentrarse en su trabajo. tareas.
Esto, a su vez, lo hizo enojar y trabajar de manera aún más ineficiente.
Resoplando, tiró la pluma a un lado y se frotó los ojos. Las paredes con paneles oscuros de su estudio solían parecerle acogedoras y relajantes, pero ahora transmitían una inquietud que realmente le pesaba mucho en el pecho, como si algo estuviera sentado dentro que parecía querer abrirse camino para salir de su centro. rompiendo sus costillas hacia un lado y luego rasgando su camino a través de su torso.
Lorenzo nunca había encontrado inquietante el trabajo en su casa, al contrario: incluso había rechazado un puesto en un departamento del laberinto en espiral porque la idea de trabajar con otras brujas casi todos los días y ver siempre el mismo entorno era una estupidez y había parecía restrictivo.
Últimamente, sin embargo, un destello de anhelo había estallado en él... anhelo de una oficina, un lugar de trabajo que pudiera visitar todos los días y dejar atrás cuando se fuera, tal como lo hicieron los cazadores de sombras cuando dejaron el instituto.
Claro, tenían que estar de guardia para emergencias, a menudo en momentos inconvenientes cuando surgía la necesidad, pero dado que los ayudantes del inframundo de Alec estaban retrocediendo, tales despliegues improvisados ​​se habían vuelto menos comunes, al menos para Andrew, por lo que probablemente era lo mismo para otros. Cazadores de sombras también.
A pesar de lo contento que estaba Lorenzo por Andrew (por supuesto, estaba mucho más feliz cuando Andrew tenía que dedicar menos tiempo a dedicarse a misiones que amenazaban su vida), lo frustraba sentir cuánto tiempo libre tenía su compañero en comparación con él en ese momento. .
La idea de envidiar al hombre que amaba más que cualquier otra cosa que Lorenzo pudiera llamar suyo era tan despreciable que Lorenzo casi esperaba que le creciera una úlcera como un signo visible de su maldad.
Tales sentimientos y pensamientos nunca habían sido ajenos a Lorenzo, pero siempre luchó por mantenerlos, ese lado feo en sí mismo, lejos de Andrew, como todo mal.
Por alguna razón, parecía que Andrew nunca había prestado mucha atención a sus diversas y desagradables cualidades, y quería que siguiera siendo así.

"Lorenzo", sonó de repente la voz de Andrew, lo que hizo que Lorenzo se estremeciera porque tenía el miedo loco de que Andrew pudiera haber leído su mente.
Lorenzo miró al nefilim rubio, que lo observaba desde la puerta abierta y ahora entraba en la habitación. Vestía ropa casual, pantalones de chándal negros y una camisa turquesa de manga larga que complementaba perfectamente sus ojos azules.
"Todavía estás trabajando", continuó y colocó un vaso de agua sobre el escritorio de Lorenzo, en el que flotaba una rodaja de limón.
-Claro que sí.- Lorenzo, enojado, colocó el vaso en un lugar diferente para que no se volcara y el contenido se derramara sobre sus documentos.
Andrew no se dio cuenta porque rodeó el escritorio y abrió la ventana. "Creo que deberías llamarlo un día. Te ves estresado".
"Posiblemente, pero todavía tengo al menos cuatro elementos para trabajar en esta lista", explicó Lorenzo de mala gana y señaló la lista de tareas que estaba entronizada en la parte superior de su estante y parecía burlarse de él con su extensión.
"¿Y todo eso tiene que ser hoy?", preguntó Andrew, colocándose detrás de Lorenzo y poniendo suavemente sus manos sobre sus hombros. Empezó a hacer movimientos circulares para que Lorenzo, que había querido evitar ser tocado, se quedara quieto.
"Ni siquiera cenaste, te mantuve algo caliente, pero no mejora mientras más se sienta".
“No tengo ganas de comer, Andrew.” Eso solo contuvo las cosas. Cuando Lorenzo estaba particularmente ocupado, no tenía valor para preocuparse por cosas tan mundanas como comer.
Cuando los pulgares de Andrew viajaron a la parte posterior de su cuello, donde se encontraba una unión particularmente sensible de su marca de bruja, Lorenzo se agachó a un lado.

No podía permitirse tal relajación ahora, de lo contrario nunca terminaría.

"Cariño, si quieres dormir, solo vete, todavía tengo cosas que hacer", dijo Lorenzo con impaciencia y volvió a mirar el informe frente a él.
"No estoy aquí por eso, sino porque pensé que te vendría bien un descanso. Pareces realmente..."
"Sé cuándo necesito un descanso", resopló Lorenzo.
"No estoy tan seguro de eso. Es posible que desee contratar a un asistente para que lo ayude, especialmente con las cosas menos importantes”.
"Te dije antes que no quiero confiar estos documentos parcialmente secretos a nadie".
Algunas tareas, especialmente copiar o archivar documentos, eran trabajos que cualquiera podía hacer, pero Lorenzo no quería dar acceso a extraños a contenido a veces sensible. Además, con un trabajo así, Lorenzo tendría que admitir que él mismo no podría hacer el trabajo.
Sabía que Andrew tenía buenas intenciones, pero incluso su simpatía enfureció a Lorenzo. No debe pensar en él como incapaz de realizar sus deberes por sí mismo.
La idea de que Andrew pudiera pensar que era incompetente o inestable era peor.infierno

que esta tormenta aparentemente interminable de trabajo que ha estado azotando los oídos de Lorenzo durante días.
"Solo digo que esto no puede ser tan importante como para que tengas que hacerlo sin importar nada", continuó Andrew sin inmutarse. "Estos son solo papeles, ninguna vida depende de ellos. No es el fin del mundo, si te lo permites... oh, lo siento. Andrew había dado la vuelta al escritorio y aparentemente había rozado la pila de archivos, que se derrumbó como un montón de cartas desplegadas.

Eso fue todo: la última grieta en el dique del autocontrol de Lorenzo.

"¡Maldita sea, Andrew, estoy tratando de trabajar aquí!", espetó Lorenzo, chasqueando los dedos y arrancando los archivos de las manos de Andrew, quien se había inclinado para apilar los archivos nuevamente.
"Con el debido respeto a tus frases, pero eso no me ayuda en este momento, ¡no hace que el trabajo sea menos y mi estado de ánimo no mejora! ¡Además, no tienes ni idea de lo que estoy haciendo aquí!"
"I…"
"¡Y el hecho de que no me revuelque en sangre de demonio o me lance frente a Mundie en un estado de ánimo que desafía a la muerte no hace que mi trabajo sea menos agotador o importante!", espetó Lorenzo, sin inmutarse.
Sabía que para algunas tareas un día más o menos no importaba, pero siempre había trabajado de manera constante, diligente y ardua en su vida. Nunca había sido perezoso para relajarse, nunca había hecho nada a medias, incluso si era trivial, nunca había entregado las cosas tarde o no había sido confiable.
Era capaz de una gran carga de trabajo y estaba orgulloso de ello, porque ¿quién respetaba a las personas que, ante demandas un poco más altas, se derrumbaban y ya no podían con sus tareas?

No le confiarías a alguien así un puesto alto y la madre de Lorenzo no se había sacrificado por eso.alguien así

Lorenzo se convirtió.

Incluso si tuvieras una vida inmortal, tenías la obligación de hacer algo con ella y hacerlo lo mejor posible en cualquier forma que pudiera tomar.
Quizás Lorenzo no se lo debía a la gente que contaba con su trabajo o, como Andrés, se lo perdonaría, pero lo hizo.sí mismo

culpable.
Probablemente fue la sensación de no poder estar a la altura de este reclamo en este momento por una variedad de razones lo que causó que Lorenzo se peleara con las siguientes palabras:
"Por eso no, no puede ser fácilesperar

, solo porque no entiendes lo importante que es este trabajo y te parece que solo estoy barajando papeles. ¡Deberías poder mantenerte ocupado durante algunas noches con Lilith! "
Andrew hizo una mueca y se enderezó de nuevo. El dolor estaba claramente escrito en todo su rostro e hizo que Lorenzo inmediatamente se arrepintiera de sus palabras nacidas de la frustración.
Apretó los labios, esperando que Andrew le gritara, como solía hacer cuando Lorenzo le gritaba injustamente, pero el Nefilim se quedó inmóvil, tratando de mirarlo con calma.
"…Tienes razón. Tu trabajo es importante, por supuesto, no quería sonar como si no lo fuera. Lo lamento."
"..." La disculpa de Andrew no satisfizo a Lorenzo, solo lo hizo sentir más mal.
Esa fue una de las razones por las que se retiró: para no descargar su mal humor en la criatura que menos lo merecía.
Lorenzo empezó a disculparse, pero Andrew no le dio oportunidad.
"Yo no quería molestarte. Será mejor que te deje continuar ahora.” Con eso, Andrew giró sobre sus talones y salió de la habitación antes de que Lorenzo pudiera detenerlo.
A Lorenzo le hubiera encantado hundir una bola de fuego en su montaña de archivos debido a la ira, pero eso sería completamente inútil.
Llorar, gritar o quejarse eran acciones inútiles que no solucionaban ningún problema.

Aún así, Lorenzo estaba justo sobre eso después de todo.

Tras su exabrupto, Lorenzo estaba tan desenfocado que el trabajo era casi impensable. Especialmente cuando bebió el agua y se dio cuenta de que le había hecho bien.
También el aire fresco que había entrado por la ventana abierta.
Su prometido había querido cuidarlo y le espetó por algo tan trivial como archivos volcados.
Lorenzo se había sentido tan avergonzado de sí mismo que cuando finalmente se fue a la cama temprano en la mañana había elegido una de las habitaciones de invitados en lugar del dormitorio.

Cuando salió de la habitación a la mañana siguiente, completamente vestido, para obtener algunos documentos y luego para irse a la primera de cuatro citas, encontró una bandeja frente a la puerta con un desayuno preparado con amor debajo de la tapa.
Lorenzo esperó brevemente que fuera de su chef Javier, pero la nota junto al plato de humeantes huevos revueltos con chorizo ​​desvaneció esa esperanza:
//Buenos días, come bien antes de irte. Yo estoy trabajando hoy.
Hasta esta tarde. ❤️
Andrés//

En realidad, Andrew habría tenido un día libre hoy, pero obviamente había decidido ir al instituto en su lugar. Lorenzo no podía culparlo.
Con mala conciencia en el estómago, disfrutó del delicioso desayuno; en realidad no tenía tiempo para eso, pero no quería aumentar su culpa rechazando la comida de Andrew.
Insatisfecho, pero al menos con el estómago lleno, se puso a trabajar.

Ya eran las 19:00 horas cuando Lorenzo volvió por fin a casa. Realmente había intentado llegar a tiempo para la cena, pero la reunión se prolongó más que una ópera de Wagner.
Aunque Lorenzo no sabía de todos modos si Andrew había esperado a que comiera después de que se había comportado tan duramente ayer.
Inseguro, Lorenzo arregló su traje, se pasó los dedos por el cabello y conjuró un ramo de rosas rojas en sus manos.
A Andrew le gustaban las flores, lo había descubierto desde que una vez trató de darle un anillo de compromiso con una flor de árbol de trompeta que se abría. Por lo tanto, este gesto le pareció apropiado para la larga disculpa que tenía que hacer.
Lorenzo caminó primero por la sala de estar y luego por la cocina; había olor a comida, pero la mesa no estaba puesta.
Así que probablemente Andrew estaba realmente en casa pero había cenado sin él.
Lorenzo ignoró la mezcla de vergüenza y desilusión que se le endureció la garganta como harina y subió los escalones hasta el primer piso. Al pasar por su estudio de camino al dormitorio, donde supuso que estaba Andrew, dudó porque la puerta estaba abierta.

Ella nunca lo hizo.

Irritado, entró - y abrió la boca con asombro, sin poder pronunciar una palabra.
"Lorenzo, estás en casa, qué lindo", lo saludó Andrew con una sonrisa. Estaba sentado en el suelo con las piernas cruzadas, rodeado de montones de papeles cuidadosamente ordenados, uno de los cuales estaba archivando en una carpeta. Rápidamente se levantó de un salto, empujó la carpeta al estante y fue hacia Lorenzo. "Oh flores, para mí?"
-Yo…sí- dijo Lorenzo confundido, mientras que Andrew con despreocupación tomaba las flores de sus manos y le daba un beso.
La pila de archivos había desaparecido, el archivado se había reducido y la pila de libros que había estado buscando en busca de una receta tenía unas pocas docenas de marcadores. Junto al sillón en la esquina derecha de la habitación estaba uno de sus carritos de servicio, sobre el cual había una gran bandeja.
"¿Qué has hecho?"
"Quería hacer las paces ayer... y antes de que me grites, déjame explicarte", dijo Andrew apresuradamente, colocando las rosas que había olido brevemente con una sonrisa en el escritorio. "Solo hice el trabajo servil: clasificar las cosas aquí, alfabéticamente como te gustan, archivarlas y acumularlas. Su sistema de archivo es increíblemente claro, fue fácil orientarse. Leí los libros de los ingredientes que estabas buscando y marqué los lugares para que puedas buscar de nuevo por ti mismo. Y leí las actas con anticipación y les hice resúmenes, al menos de las cosas del instituto, porque entonces puedo juzgar qué es importante y qué no. Esto le ahorra trabajo de lectura. Y como probablemente no tendrás tiempo de volver a comer conmigo hoy, lo instalé aquí para que puedas comer mientras trabajas. Pensé que estaba comiendo en el sillón. No necesitamos hablar, pero podría sentarme aquí y hacerte compañía, luego estaríamos juntos y aún podrías..."
Andrew fue interrumpido abruptamente porque Lorenzo lo abrazó con una fuerza inusual y lo besó apasionadamente.
Inmediatamente, asintió el cazador de sombras, pasó ambas manos por el sedoso cabello de Lorenzo y acarició la nuca y el cuello, lo que hizo que el hechicero gimiera rápidamente en su boca.
Sin embargo, Andrew no se había molestado en eliminar el estrés del trabajo de Lorenzo hoy para distraerlo ahora, así que deslizó sus manos hacia los hombros de Lorenzo y se alejó.
Sonrió y miró la cara de Lorenzo, que tenía tanto amor que fue suficiente para que el corazón de Andrew latiera más rápido. "Entonces, ¿me perdonas por ser tan ignorante?"
Por supuesto, la reacción de Lorenzo ayer fue exagerada, pero Andrew claramente había notado en su amante lo estresado y abrumado que había estado.
Tuvieron que pasar muchas cosas para llevar a Lorenzo a tal límite, porque Andrew no conocía a nadie que fuera más diligente, más ambicioso o más resistente que él.
Estaba aún más avergonzado de que con sus palabras bien intencionadas obviamente le había dado a Lorenzo la sensación de que no reconocía el valor de su trabajo o tomaba a la ligera su vertiginosa carga de trabajo: Incluso un hechicero podría sentirse abrumado por el estrés y tan nobles sus motivos. podría haber sido ayer, Andrew no debería haber tratado de empujar a Lorenzo a hacer algo solo porque él mismo había encontrado que valía la pena, incluso si hubiera sido comida y descanso.
"No hay absolutamente nada que deba perdonarte, mi estrella. Es más bien al revés. Lorenzo se aclaró la garganta y miró a su alrededor con impotencia. "Escribiste que ibas a trabajar. Cuando lo hiciste…?"
"Estaba trabajando - aquí. Para apoyarte No porque te extrañe, aunque lo hago, sino porque somos un equipo como pareja. Su estrés es mío, y si hay algo que pueda hacer para facilitar su trabajo, lo haré con gusto. Como siempre resuelves todos mis problemas cuando tengo uno.

Cosa que casi siempre hacía Lorenzo.

Su magia y su dinero, por supuesto, fueron de gran ayuda en esto, pero Andrew no podía negar que Lorenzo nunca perdía la oportunidad de mimarlo, ayudarlo o animarlo cuando era necesario.
Andrew se alegró de haber podido decir al menos un poco de eso hoy.
Por supuesto, Lorenzo habría completado todas esas tareas que le habían llevado a Andrew todo el día mucho más rápido con su magia, pero podía ver cuánto más relajado estaba el brujo, simplemente porque alguien lo había apoyado y visto con qué estaba luchando.

Después de todo, quitar una montaña también comenzó con guijarros.

"... No me merecía eso", dijo Lorenzo en voz baja, todavía sosteniendo las caderas de Andrew y abrazándolo. "Eso fueel último

que me merecía".
"Pero lo necesitabas", respondió Andrew, frotando su mano sobre el pecho de Lorenzo. "Y no se equivoquen al respecto: espero que correspondan cuando estoy completamente sobrecargado de trabajo, estresado y, por lo tanto, desagradable".
"Nunca eres desagradable", dijo Lorenzo con patética seriedad, pasando sus manos por los pómulos de Andrew y trazándolos tiernamente con sus pulgares. "Eres más de lo que merezco y probablemente todo lo que necesito. Eres unMaravilla

.“
"Era solo el desayuno y un par de copias...", protestó Andrew, con las mejillas sonrojadas por la vergüenza.
"No, era más. Mucho más."
Andrew sabía a qué se refería Lorenzo, así que no respondió, pero se dejó llevar por un profundo beso de nuevo.